Últimamente he escuchado a muchas niñas pequeñas hablando sobre su peso en forma negativa. Y me impacta más escuchar a algunos papás negándoles, de una forma bastante desaprobatoria, ciertos alimentos porque están gordas. Es cierto que la obesidad infantil es un tema importante en nuestro país, pero la forma en la que tratamos el tema con nuestras hijas puede tener repercusiones serias en su vida adulta.
Un estudio, comprobó que las mujeres que recuerdan que sus padres hicieron comentarios sobre su peso cuando eran pequeñas, son más propensas a tener sobrepeso en su vida adulta y están menos satisfechas con su peso. Se realizó una encuesta a 501 mujeres entre los 20 y los 35 años de edad, sobre su imagen corporal y la frecuencia con la que recordaban que sus padres hacían comentarios sobre su peso.
Las mujeres con un IMC saludable fueron un 27% menos propensas a recordar que sus padres comentaran sobre su peso, y un 28% menos propensas a recordar que sus padres comentaban que comían demasiado. Esto en comparación con las mujeres cuyo IMC indicó que tenían sobrepeso. Tanto las mujeres con sobrepeso y con peso saludable que recuerdan a sus padres comentar sobre su peso en la juventud, estaban menos satisfechas con su peso como adultas. Así que los comentarios relacionados con el peso son perjudiciales para la imagen corporal independientemente del peso actual.
Una revisión de 56 estudios demostró que los padres tienen un impacto muy fuerte en las actitudes de sus hijos, de ambos sexos, hacia los alimentos y sus cuerpos. Los padres que tratan de controlar las dietas de sus hijos, los alientan a que cuiden su peso y abogar por la delgadez, pero se ha visto que, especialmente las hijas, crecen con una insatisfacción hacia sus cuerpos.
Si te preocupa el peso de tus hijos, evita criticarlos, hacer burlas o restringirles ciertos alimentos. Es mejor apremiar opciones y comportamientos saludables, dándoles libertad para elegir por sí mismos y haciendo que las opciones más saludables sean más atractiva y estén a la mano. Recuerda que las decisiones que los niños hacen por sí mismos, son las que conducirán a hábitos de toda la vida.
También se ha visto que los padres que premian el buen comportamiento de sus hijos con alimentos, aumentan la probabilidad de que crezcan siendo infelices con sus cuerpos. Los especialistas recomiendan que los alimentos se vinculen exclusivamente con la necesidad de aliviar el hambre.
Los padres pueden modelar actitudes positivas hacia los alimentos comiendo con sus hijos. Es importante que también expliquen que la mayoría de las imágenes en los medios de comunicación son poco realistas y poco representativas. Se recomienda que los padres eviten comentar sobre su propio peso y apariencia, o de cualquier otra persona. Así como evitar saltarse comidas o hablar de sus dietas.
Imágenes | eyecmore | Daniela Brown | Bruce Tuten |
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