Creo que todos alguna vez nos hemos la pregunta “¿Por qué estoy aumentando de peso?”. Sobre todo cuando consumimos la misma comida de siempre y nuestro programa de ejercicio no ha cambiado. Sin embargo sentimos que la ropa nos queda apretada, y si nos pesamos en una báscula, notamos que realmente existe un incremento. A continuación hablaremos sobre algunos de los factores que pueden causar un aumento de peso, incluso cuando nuestros hábitos diarios no han cambiado.
Edad. Conforme envejecemos, la actividad de nuestro metabolismo se desacelera de forma natural, esto debido a que también con la edad perdemos masa corporal magra. Un metabolismo más lento significa que el cuerpo está quemando menos calorías. Si seguimos consumiendo la misma cantidad de calorías que cuando éramos más jóvenes, es muy posible que exista un aumento de peso.
Sueño. Se ha demostrado en varios estudios que tener un sueño insuficiente (menos de 7.5 horas por noche) o de mala calidad, afecta a las hormonas del hambre y la saciedad. Dormir pocas horas nos hace sentir más hambrientos, y nuestro cuerpo se tarda más en mandar la señal de que ya está lleno, por lo que terminamos comiendo más de lo necesario para saciarnos. Muy pocas personas ponen atención en su sueño, pero es muy importante para mantenerse dentro de un peso saludable.
Estrés. Cuando estamos bajo mucho estrés, nuestro cuerpo produce cantidades muy grandes de cortisol, la hormona del estrés, que se ha vinculado con un mayor almacenamiento de grasa, especialmente alrededor de la cintura. Puede ser complicado aprender a controlar el estrés, así que lo mejor es incorporar algunos ejercicios de respiración profunda o practicar meditación para ayudar a reducir los niveles de estrés.
Ejercicio. Si siempre haces el mismo tipo de ejercicio, lo más probable es que tu cuerpo se haya adaptado y cada vez quemes menos calorías durante tu entrenamiento. Si siempre haces ejercicios de cardio, considera realizar unas sesiones de pesas. El entrenamiento con pesas estimula la masa muscular, lo que a su vez aumenta el metabolismo.
Síndrome de ovario poliquístico. Obviamente esto solamente les sucede a las mujeres, pero este síndrome ocasiona desequilibrios hormonales que conducen a la resistencia de la insulina y a un aumento de grasa corporal. Otros indicadores del síndrome de ovario poliquístico son acné quístico, aumento del vello facial, infertilidad, y quistes ováricos detectados por ultrasonido. Si estas preocupada, realizaste un examen del nivel de tus hormonas y acude a tu médico para que revise tus ovarios.
Hipotiroidismo. La tiroides, una glándula en forma de mariposa ubicada en el cuello, es responsable de regular el metabolismo. Si la tiroides no produce suficiente hormona tiroidea, el metabolismo se vuelve lento. La principal solución es tomar un medicamento que reemplace el funcionamiento de la hormona tiroidea, pero también es importante fijarse en la dieta, ya que algunos alimentos pueden estar relacionados con trastornos de la tiroides.
Dejar de fumar. Es algo bueno dejar los cigarros, pero desafortunadamente, los poderes supresores del apetito de los cigarros, también desaparecen y es muy común que sientas más hambre de lo normal. Además tus papilas gustativas ya no están opacadas por la nicotina, así que todo sabe mejor y quieres seguir comiendo.
Medicamentos. Algunos medicamentos, especialmente aquellos indicados para padecimientos como presión arterial alta, diabetes, depresión, ansiedad y desorden bipolar, tienen como efecto secundario el aumento de peso. Algunos ocasionan que el metabolismo se vuelva más lento, mientras que otros aumentan el apetito. Por eso es muy importante antes de tomar un medicamento, preguntar a tu médico sobre los posibles efectos secundarios.
Como puedes observar, cuando se trata del aumento de peso, no solo se debe de considerar nuestra dieta y nuestra actividad física. Es importante que analicemos varios factores para determinar exactamente qué es lo que está ocasionando que aumentemos de peso.
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