La fécula de maíz o maicena usualmente es usada para hacer atoles o espesar salsas, sin embargo, puede funcionarnos maravillosamente como una harina sin gluten.
Esta receta de galletas de leche condensada y maicena es una muestra de cómo podemos usarla para obtener un bocado dulce muy sencillo y con sólo tres ingredientes.
Variantes de esta receta hay varias, y usualmente a los ingredientes que indico se le añade azúcar y huevo. Yo no le veo necesidad de agregarle más azúcar puesto que la leche condensada ya la tiene, y la masa es tan perfecta, que no necesitamos agregarle otro ingrediente húmedo. Podemos añadirle, si es nuestro gusto, una cucharadita de esencia de vainilla para acentuar su sabor.
Para realizar esta receta, te sugerimos la siguiente lista de utensilios prácticos que te ayudarán a realizar las galletas de manera deliciosa y sencilla:
Bowls mezcladores 652 pesos
Batidor de globo 158 pesos
Charola para hornear 242 pesos
Moldes para galleta 172.52
Preparar estas galletas es realmente muy fácil. Iniciaremos precalentando el horno a 180ºC de tal manera que cuando esté lista nuestra masa, el horno ya haya alcanzado la temperatura indicada. Eso garantizará que nuestras galletas queden perfectas.
En un tazón, vamos a colocar los tres ingredientes y vamos a mezclarlos poco a poco hasta que se integren. Podemos hacerlo con las manos o con la ayuda de la batidora. Vamos a amasar todo hasta tener una masa suave y ligeramente elástica.
En una superficie plana y limpia ligeramente espolvoreada con fécula de maíz vamos a colocar la masa y a formar un cilindro con ella, de aproximadamente 2 centímetros de diámetro. Con un cuchillo cortaremos trozos de 1 centímetro aproximadamente, los colocaremos en la charola para horno previamente engresada. Decoramos a nuestro gusto con un tenedor o cuchillo y luego horneamos por 15 minutos.
Cómo acompañar las galletas de leche condensada y maicena
Estas galletas de leche condensada y maicena son adictivas pues quedan crujientes por fuera y suaves por dentro. Lo mejor es tener cuidado con las porciones. Son excelentes para acompañar un vaso de leche fría o un café de media tarde.
