Las enfermedades cardiovasculares generan un gran gasto en la salud pública. Existen varias causas y una de ellas es el factor genético, sin embargo, podemos hacer pequeños cambios para prevenir enfermedades cardíacas, sin importar que exista el riesgo desde nuestro ADN.
Desde 1930 se han detectado enfermedades cardíacas en las familias. En la última década, se identificaron genes específicos relacionados a enfermedades coronarias arteriales. De hecho, estos genes parecen tener un efecto acumulativo, Personas que tengan mas de estos genes, tienen un riesgo alto de sufrir del corazón.
Además del tratamiento medico, hay mucho mas que se puede hacer para prevenir y tratar enfermedades cardiovasculares. Así es, ¡adivinaste!, dieta y ejercicio. Estas dos variables pueden disminuir los niveles de colesterol.
Un estudio publicado en The New England Journal of Medicine recolecto información de cuatro estudios (de 1987 a 2008) en donde se observo las relaciones entre varios factores de riesgo y enfermedades cardíacas.
Usando 50 diferentes variaciones, llamados polimorfismos de nucleótidos, los investigadores crearon una escala de riesgo, aunado a factores de estilo de vida asociados, como no fumar, tener un IMC menor a 30, realizar algún tipo de actividad física, al menos 1 vez por semana y tener un patrón dietético saludable.
El último criterio se define como:
- Comer mas frutas y verduras
- Cereales integrales
- Nueces y semillas
- Consumir pescado
- Lácteos descremados
- Comer menos carne roja, azucares refinados, grasas, sodio y bebidas azucaradas.
Cada uno de estos factores de estilo de vida están asociados a un menor riesgo de padecer eventos coronarios. Hacer alguno (o todos) de estos cambios hace una gran diferencia. Pero el efecto es acumulativo. Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos basados en estos factores. "Favorable" fue el grupo con 3 o los 4 factores, "Intermedio" con 2 factores y "Desfavorable" solo uno. A través de los estudios, se observo que las personas del grupo "desfavorable" tuvieron un riesgo entre 71 y 121 % mas alto que los del estilo de vida favorable.
Lo mas impresionante fue la reducción de eventos coronarios (ataques cardiacos, procedimientos de bypass y muerte derivada de enfermedades cardiovasculares en cualquier nivel de riesgo). Los participantes con un estilo de vida favorable, comparados con lo desfavorables, tuvieron un 45 % en disminución del riesgo coronario entre los de bajo riesgo genético, un 47 % de reducción entre los de riesgo genético intermedio y un 46 % de reducción entre los de alto riesgo genético.
¿Qué significan todos estos números? El 10.7 % tiene la probabilidad de sufrir un evento coronario en un periodo de 10 años si se sigue el estilo de vida no favorable. Este número se reduce a 5.1 %si tienen un estilo de vida favorable.
Al parecer estas diferencias son pequeñas, pero no lo son. El riesgo de sufrir algún evento coronario se reduce a la mitad. Eso demuestra lo poderoso que pueden resultar los cambios en el modo de vivir, ganar salud y gastar menos en el tratamiento de enfermedades totalmente prevenibles independientemente de los factores genéticos.
Este tipo de estudios nos dan lecciones importantes. Los resultados deberían alentarnos de que la genética no determina todo sobre nuestra salud. Los cambios en el estilo de vida pueden disminuir sustancialmente los riesgos de desarrollar enfermedades marcadas en el ADN:
Es importante saber que cualquier cambio es bueno, si hay sobrepeso, hacer algo al respecto, si has dejado de fumar, perfecto, caminar es un buen inicio para empezar a ejercitarte con regularidad. Pequeñas acciones, grandes cambios
Vía | New York Times
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